El 11 de diciembre de 1839, el General Espartero decretó la fusión en un solo domicilio de dos villas: Torremilano y Torrefranca se convertían en Dos Torres. Un paseo por el municipio nos muestra una arquitectura que no tiene igual, marcada por el granito. Un lugar que fue cuna de nobles e hidalgos, algo que queda patente en sus monumentos y sus casas señoriales de portadas y escudos blasonados.
Probablemente, de todos los municipios de Los Pedroches, Dos Torres sea el que mejor representa la arquitectura de la sierra en sus calles. A la utilización del granito hay que sumarle la calidad de unos trabajos realizados en forja que están extendidos por todo su casco antiguo.
Haber mantenido a lo largo del tiempo la tipología general de la vivienda le supuso la declaración como Bien de Interés Cultural, con la categoría de conjunto histórico. Hay que destacar la Plaza Mayor, uno de los grandes atractivos de Dos Torres, cuyos soportales no tienen paralelismo alguno en toda la comarca de Los Pedroches.
Entre sus edificios más destacados destacan la Parroquia de la Asunción, que muestra estilos constructivos diferentes ya que se edificó entre los siglos XV, XVI y XVIII. También está la Iglesia de Santiago, del siglo XV, y monumento más importante que todavía pervive de Torrefranca. Tampoco podemos olvidarnos del Pozo de la Nieve, una basílica paleo-cristiana de estilo románico primitivo, y de las muchas ermitas de la localidad, legado del señorío y realengo que gozó en el pasado.